09 diciembre, 2011

En viaje

Principito
"El quinto planeta era muy curioso. Era el mas pequeño de todos, pues apenas cabían en el un farol y el farolero que lo habita. El principito no lograba explicarse para que servirían allí, en el cielo, en un planeta sin casas y sin población un farol y un farolero. Sin embargo, se dijo a sí mismo: "el hombre, quizás es absurdo. Sin embargo es menos absurdo que el rey, el vanidoso, el hombre de negocios y el bebedor. Su trabajo, al menos, tiene sentido. Cuando enciende su farol, es igual que si hicieran hacer una estrella más o una flor y cuando lo apaga hace dormir a la flor o a la estrella. Es una ocupación muy bonita y por ser bonita es verdaderamente útil."
Cuando llegó al planeta saludó respetuosamente al farolero:
_ ¡Buenos días! ¿Por que acabas de apagar tu farol?
_ Es la consigna -respondió el farolero-. ¡Buenos días!
_ ¿Y que es la consigna?
_ Apagar mi farol. ¡Buenas noches! -y encendió el farol.
_ ¿Y por qué acabas de volver a encenderlo?
_ Es la consigna.
_ No lo comprendo -dijo el principito.
_ No hay nada de comprender -dijo el farolero- La consigna es la consigna. ¡Buenos días! -y apagó su farol.
Luego se enjugó la frente con un pañuelo de cuadros rojos.
_ Mi trabajo es algo terrible. En otros tiempos era razonable; apagaba el farol por la mañana y lo encendía por la tarde. Tenía el resto del día para reposar y el resto de la noche para dormir.
_ ¿Y luego cambiaron la consigna?
_ Ese es el drama, que la consigna no ha cambiado -dijo el farolero-. El planeta gira cada vez más de prisa de año en año y la consigna sigue siendo la misma.
_ ¿Y entonces? -dijo el principito.
_ Como el planeta da a hora una vuelta completa cada minuto, yo no tengo un segundo de reposo. Enciendo y apago una ves por minuto.
_ ¡Eso es raro! ¡Los días sólo duran en tu tierra un minuto!
_ Esto no tiene nada de divertido -dijo el farolero-. Hace ya un mes que tu y yo estamos hablando.
_ ¿Un mes?
_ Si, 30 minutos. ¡30 días! ¡Buenas noches!
Y volvió a encender su farol.
El principito lo miro y le gustó este farolero que tan fielmente cumplía la consiga. Recordó las puestas del sol que en otro tiempo iba a buscar arrastrando su silla. Quiso ayudar a su amigo.
_¿Sabes? Yo conozco un medio para que descanses cuando quieras...
_ Yo quiero descansar siempre -dijo el farolero.
Se puede ser y a la vez fiel y perezoso.
El principito prosiguió:
_ Tu planeta es tan pequeño que puedes darle la vuelta en tres zancadas. No tienes que hacer más que caminar muy lentamente para quedar siempre al sol. Cuando quieras descansar, caminarás... y el día durará tanto tiempo cuanto quieras.
_ Con eso no adelanto gran cosa -dijo el farolero-, lo que a mi me gusta en la vida es dormir.
_ No es una suerte -dijo el principito.
_ No, no es una suerte -replicó el farolero-.¡Buenos días! -apagó su farol.
Mientras el principito proseguía su viaje, se iba diciendo para sí: "Este sería despreciado por los otros, por el rey, por el vanidoso, por el bebedor, por el hombre de negocios. Y, sin embargo, es el único que no me parece ridículo, quizás por que se ocupa de otra cosa y no de si mismo.
Lanzó un suspiro de pena y continuó diciéndose:
"Es el único de quien pude haberme echo amigo. Pero su planeta era demasiado pequeño y no hay lugar para dos..."
Lo que el principito no se atrevía a confesarse, era que la causa por la cual lamentaba no quedarse en ese bendito planeta se debía a la mil cuatrocientas cuarenta puestas de sol que podía disfrutar cada veinticuatro horas."
Fin

Antoine De Saint-Exupéry: "El principito" Pág: 43

A mis prácticas muchas veces las vi como una gran montaña, llena de obstáculos, penas y angustias; que me llevo a pensar en desistir. 
Pero, en mi andar siempre hubieron grandes personas y buenos compañeros, que tendieron sus manos y me cobijaron en sus hombros, para continuar caminando. Persiguiendo más que a una consiga, buscaba un destino, mi destino.
Mi práctica me regaló mil cuatrocientas (y más) de : abrazos, sonrisas, miradas, sueños, emociones, ilusiones. Trajo a mi vida, a cada segundo, mil cuatrocientas puestas de sol.


Carolina

No hay comentarios:

Publicar un comentario